Y su dolor termino por arrancarle su unica ezperanza,
yacia en el suelo,
inerte como un pedazo de porcelana,
muñeca, escushaba,
muñeca te has quebrado,
no puedes quebrarte!, escuchaba ella a lo lejos,
su fe se habia ido,
su cuerpo ya no respondia,
hilos rojos de vida se derramaban por el suelo,
sus alas de plumas blancas yacian intactas y escuchaba,
levantate y vuela como lo hiciste aquella tarde de invierno
Y en su ultimo suspiro solo dijo:
"arrancame estas alas que me diste alguna vez"
lunes, enero 30, 2006
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